La crisis del puerto de Barranquilla, Colombia, enfrenta una nueva situación luego que el pasado 22 de noviembre registró su nivel mínimo histórico de profundidad con apenas 6,2 metros de calado. Estos niveles afectan gravemente la operatividad del puerto, causando que las embarcaciones no puedan ni entrar ni salir del recinto portuario.
Puerto de Barranquilla en crisis
El canal navegable del puerto de Barranquilla, a través del cual se desplazan las embarcaciones, está afectado desde hace cierto tiempo por los incrementos en la sedimentación. Esta situación ha intentado ser solucionada con diferentes acciones de las autoridades. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados.
En los últimos días, son dieciséis las embarcaciones que han sido desviadas hacia otros puertos por la falta de operatividad del puerto de Barranquilla. El bajo calado operacional ocasionó el desvío hacia los puertos de Santa Marta y Magdalena, generando pérdidas y otros problemas relacionados.
Lucas Ariza, director ejecutivo de la Asociación de Puerto del Atlántico, aseguró que las pérdidas desde el cese de actividades el pasado 19 de noviembre ascienden a unos 18 millones de dólares. Comentó que la situación genera sobrecostos.
Los antecedentes de la crisis del puerto de Barranquilla se remontan a varios meses atrás. Pero el pasado 18 de noviembre, las autoridades se vieron obligadas a declarar la urgencia en cuanto a las labores de dragado. Pero los responsables de realizar el dragado informaron que la draga Bartolomeu Dias no podría realizar las labores. Esto por la falta de profundidad y porque la draga de la firma Jan de Nul está paralizada por las condiciones del río. Dicha draga permanece fondeada en la zona del puerto.
Ante esta situación, diversos representantes de sectores afectados por la situación han elevado sus quejas. Lo más destacado es que un equipo técnico que fue contratado por su capacidad para solventar la situación del canal de acceso no puede realizar las labores.
Aumentos en los graneles y otros
Representantes de los sectores afectados también hicieron referencia a las consecuencias económicas de la situación. Aseguraron que cada día que se pierde en solucionar el tema de la profundidad del calado es un día que se pierde para la competitividad general.
A su vez, la situación genera aumentos generalizados de los productos para los habitantes en general, así como pérdidas en los negocios.
Los productos a granel como el trigo, la soya, los huevos y el arroz ya han registrado incrementos.
Sin embargo, los responsables de la contratación de la draga para remover el sedimento aseguran que el problema se presenta por la exigencia de condiciones mínimas para operar. La firma responsable de la draga pide un canal de 150 metros de ancho y una profundidad mínima de 8 metros. Estas condiciones no se están cumpliendo, por lo que no es posible obligar al dragado.
