En las últimas semanas se han tomado diferentes medidas que impactarán en los costes de la logística. A la decisión de los pajes en carreteras que implementará España, se suma una alteración constante en la disponibilidad de materia prima. A su vez, una demanda que se incrementó, pero no se mantiene estable. El resultado es un presente incierto, con grandes posibilidades de subir los costes en el futuro.
Impuestos como principal enemigo
Si había una decisión que no debía tomarse en este momento, era la de subir los impuestos en el sector logístico. Esta es una de las áreas más fuertes en la actualidad, y de las que se esperaba sean parte de la recuperación económica. Desde la industria alentaban a conseguir ayuda estatal para poder obtener réditos en conjunto. Sin embargo, una de las medidas que generó mal estar entre los actores de la logística fue la de implementar el sistema de peajes en carretera. No era el momento para aumentar la presión de costes en el sector. Sobre todo, porque la demanda no se estabiliza. Es cierto que ha sido una actividad que mejoró sus números en relación a otros años. También es verdad que se trata de una de las pocas actividades que sintió un golpe menos fuerte por el COVID19. Pero, de todos modos, aún hay una estabilidad latente en la actividad. El virus sigue haciendo de las suyas y no permite que los usuarios vuelquen su actividad comercial. Lo que genera muchas idas y vueltas en el gráfico de evolución de la logística. 
El Covid y la materia prima faltante, otros de los grandes obstáculos
No hace falta mencionar el impacto que ha tenido el Covid19 en la economía y sociedad en general. Todos conocen y lo viven persona. Pero, para la industria de la logística ha sido un gran enemigo. Por la falta de personal y la ola de contagios, el número de capital humano ha disminuido. Esto se traslada a un aumento de costes por tener la urgencia de adoptar medidas sanitarias y, sobre todo, de buscar métodos para saciar esas ausencias justificadas. 
Un ejemplo de esto son los costes marítimos. Si se compara la actividad antes de la pandemia, actualmente, esos costes se elevaron en un 400%. Se trata de un gran impacto, que en parte debe ser absorbido por la logística. Si la materia prima de almacenaje y traslado madre aumenta con este ritmo, será muy difícil sostener los precios actuales en el futuro inmediato.
De esta manera, la logística en Europa, y el mundo en general, atraviesa un momento de mucha incertidumbre. Ven que hay una luz de esperanza, pero a su vez, sienten que existe una presión muy fuerte contra sus costes.
