Con la elección presidencial de México en junio de este año en el horizonte, surge un tema crucial tanto para los candidatos como para los votantes: la infraestructura logística del país y su papel fundamental en el comercio transfronterizo. Desde encuestas hasta puertos, cada aspecto de esta infraestructura es vital para mantener y mejorar el comercio mexicano.
La importancia estratégica de la logística y el comercio mexicano
En los últimos años la logística en México ha adquirido una importancia estratégica. El país se encuentra en una posición única para capitalizar estas dinámicas cambiantes y mejorar su competitividad en la cadena de suministro de América del Norte. Sin embargo, para aprovechar completamente esta oportunidad, México necesita priorizar el desarrollo y la modernización de su red logística.
Es importante recordar que la logística abarca una amplia gama de actividades, desde la planificación hasta la ejecución y control del movimiento de bienes, servicios e información. Implica una compleja red de infraestructura que incluye carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, almacenes y centros de distribución. Y que la eficiencia logística depende de una fuerza laboral calificada, tecnología avanzada y corredores comerciales bien definidos.
Por otra parte, la infraestructura pública de México para apoyar su red logística es notoria, con numerosos puertos marítimos, extensas carreteras y vías férreas, así como aeropuertos internacionales y aduanas estratégicamente ubicadas. El impacto económico de esta infraestructura es evidente en los anuncios de inversión extranjera directa (IED) del año pasado, que totalizaron más del 6.7% del PIB del país en 2022.
Abordando los desafíos logísticos para el futuro
Al respecto, hay que decir que para mantener y mejorar su posición como un hub logístico en América del Norte, México debe abordar varios desafíos. Uno de ellos es la falta de una «cultura logística» que valore la coordinación entre los diferentes actores en el sistema logístico. Se requiere una mayor conciencia, educación y capacitación para mejorar esta situación.
Además, la adopción de nuevas tecnologías y prácticas, como motores de hidrógeno, vehículos eléctricos y dirigibles de carga, es esencial para mantenerse al día con las demandas cambiantes. Por tal razón, México debe fomentar una cultura de excelencia logística para aprovechar al máximo estas innovaciones y mejorar su competitividad a largo plazo.
En este orden de ideas, hay que mencionar que la elección en México este año ofrece una oportunidad crucial para que el país transforme sus capacidades logísticas. Al priorizar el desarrollo y la modernización de su infraestructura logística, México puede impulsar su ventaja competitiva, atraer más inversión internacional y fomentar importantes beneficios económicos.
Sin embargo, esto requerirá un compromiso fuerte con la inversión en redes de transporte, la adopción de la transformación digital y el desarrollo de una fuerza laboral capacitada. Con estos esfuerzos, México puede satisfacer las demandas del comercio global y establecer estándares de excelencia logística para el futuro.
