El comercio de bienes entre Latinoamérica y China ha experimentado un auge impresionante en la última década, según el informe anual presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). De acuerdo con el informe, entre los años 2000 y 2022, el comercio bilateral entre estas dos regiones se multiplicó por 35, alcanzando la cifra de casi 500.000 millones de dólares en 2022. Este aumento exponencial contrasta notablemente con el crecimiento del comercio total de Latinoamérica con el resto del mundo, que solo se multiplicó por 4 en el mismo período.
Comercio de bienes: desafíos en la diversificación exportadora
En 2010, China superó a la Unión Europea como el segundo socio comercial de Latinoamérica y se convirtió en el principal socio comercial de América del Sur. Sin embargo, este crecimiento comercial ha estado marcado por una especialización primario-exportadora, principalmente centrada en la exportación de recursos naturales y productos procesados. De hecho, el 72% de las exportaciones latinoamericanas a China provienen de solo seis productos, como frijoles de soja, minerales de cobre y hierro, petróleo, cátodos de cobre y carne bovina. Esta concentración en productos básicos ha llevado a una profunda especialización y ha limitado la diversificación del mercado.
El informe de la Cepal también destaca la preocupación por la creciente penetración de las manufacturas chinas en la región, lo que ha desplazado la producción local. Para contrarrestar este fenómeno, se insta a Latinoamérica a diversificar sus exportaciones, especialmente en el sector alimentario, que se identifica como una fuente prometedora para expandir las relaciones comerciales con China. Sin embargo, para lograr esto, se deben abordar las barreras no arancelarias existentes y fortalecer la inteligencia de mercado para satisfacer las necesidades y gustos de los consumidores chinos.
Estrategias Futuras
Latinoamérica, la región más desigual del mundo y una de las más afectadas por la pandemia, mostró signos de recuperación en 2021 con un crecimiento del 6.9% después de la histórica recesión del 6.8% en 2020. Sin embargo, la región enfrenta desafíos económicos significativos. La desaceleración comenzó en el segundo semestre de 2022, cerrando con un modesto crecimiento del 3.7%.
En esta situación, la Cepal hace un llamado a la región para atraer inversión extranjera directa hacia actividades de procesamiento de recursos naturales estratégicos, como el litio, y fomentar los encadenamientos hacia adelante con actividades manufactureras. Estas estrategias podrían ayudar a diversificar la economía y reducir la dependencia de las exportaciones primarias, contribuyendo así a un desarrollo económico más sostenible y equitativo en la región.
Con un crecimiento estimado del PIB regional del 1.7% para 2023 y del 1.5% para 2024, Latinoamérica se enfrenta a la tarea crucial de implementar políticas comerciales y económicas eficientes para aprovechar al máximo las oportunidades y superar los desafíos en el complejo panorama económico global.
