La industria automotriz mexicana, reconocida como un actor destacado a nivel global, se enfrenta a desafíos significativos en infraestructura logística en medio de la transición hacia la electromovilidad. Lizette Gracida, Senior Director of External Affairs & Trade Compliance de Toyota Motor de México, enfatizó en la necesidad de abordar estos desafíos para mantener la competitividad del país en el sector. En el marco del evento Automotive Logistics & Supply Chain, Gracida destacó que el sector automotriz representa el 34% de las exportaciones mexicanas, subrayando así la importancia de satisfacer las demandas emergentes de la electromovilidad.
Infraestructura logística: desafíos y diferencias en la electrificación vehicular
Cabe mencionar que la transformación de la industria automotriz se ve moldeada por la electrificación, un factor crucial que juega un papel fundamental en este cambio. Gracida subrayó que, a pesar de encontrarse en la región de América del Norte, México experimentará diferencias notables en la velocidad de electrificación de vehículos en comparación con Estados Unidos. Estas disparidades se deben a las condiciones únicas del país.
Ante esta realidad, la alta ejecutiva de Toyota plantea que es imperativo modernizar la infraestructura logística y abordar la cuestión de la energía limpia para mantener la relevancia de México en la electromovilidad.
Gracida destacó, además, una preocupación crítica: la escasez de puntos de carga para vehículos eléctricos en México. Con tan solo tres mil puntos de carga en todo el país, se evidencia la necesidad urgente de abordar esta limitación para impulsar la adopción de vehículos eléctricos. La ejecutiva recalcó la importancia de modernizar la infraestructura logística para facilitar la carga de vehículos eléctricos y mejorar la accesibilidad para los consumidores.
Invertir en el talento
Además de los desafíos logísticos, Gracida resaltó la importancia de invertir en la creación y actualización del talento. A medida que la electrificación se integra en la cadena de suministro, la tecnología ingresa a pasos agigantados, exigiendo que las habilidades del personal se desarrollen de manera acorde. En este contexto, Gracida aboga por una colaboración estrecha entre las empresas automotrices (OEM), el gobierno y las instituciones académicas para definir planes de estudio que preparen a la fuerza laboral para las demandas cambiantes del sector.
Es fundamental, según Gracida, que las OEM expliquen no solo al gobierno sino también a la academia la magnitud de esta transformación. La colaboración con las instituciones académicas es esencial para desarrollar planes de estudio que aborden las necesidades específicas del sector automotriz y garanticen que los graduados estén preparados para enfrentar los retos tecnológicos emergentes.
Finalmente, es crucial tener en cuenta que, en respuesta a las limitaciones actuales para la electromovilidad en México, Toyota ha optado por la oferta de vehículos híbridos, abarcando el 50% de su portafolio. La empresa tiene planes ambiciosos para expandir esta oferta en el próximo año.
En la vertical de camiones, Hino, una subsidiaria de Toyota, también ha expresado su enfoque cauteloso, indicando que no introducirán vehículos eléctricos al país hasta que las condiciones necesarias estén plenamente establecidas. Este enfoque estratégico refleja la necesidad de crear un entorno propicio para la adopción masiva de vehículos eléctricos en México.
