En Colombia, la industria alimenticia es una de las más fuertes del mercado interno. En los últimos meses, las empresas del sector pusieron sus fuerzas en la creación de métodos que logren prolongar la vida útil de los alimentos perecederos. En esta línea, el cobre parece ser el material que mejor se adapta para resolver esta problemática.
Prolongar la vida útil, al mismo tiempo que se conserva la calidad
Uno de los grandes desafíos que se le presentó a la industria alimenticia colombiana es la de tener que extender la vida útil de los alimentos sin resignar calidad. En este sentido, encontraron que el cobre puede ser uno de los materiales que mejor cumple este objetivo. Además, también había que buscar maneras efectivas de ayudar en la lucha por la sustentabilidad. Así, el metal mencionado se convirtió en una de las opciones más viables para cumplir con todas estas premisas.
En lo científico, desde hace varios años que se desarrollan diferentes proyectos para lograr la producción mediante la biotecnología y evitar que se produzcan patógenos. De esta manera, por ejemplo, el corte de cerdo tiene la característica de durar más tiempo en su envoltorio y llegar a más clientes alrededor del planeta. Es un beneficio no solo para el consumidor final, sino para las empresas productoras que consiguen un público más amplio.
Por otro lado, prolongar la vida útil de los alimentos llega en medio de una problemática que presenta el transporte por la suba de precios. Las caídas de las ventas se sintieron fuertes en muchos capitales y encontraron en esta nueva modalidad una forma de sostener el mercado mundial con periodos de tiempos superiores a los establecidos hasta el momento.
Copperprotek impulsa el packaging con cobre
Copperprotek se puso al hombro la tarea de desarrollar e imponer la biotecnología en alimentos, dentro del mercado colombiano. Según los representantes de la compañía, las ventas de productos comestibles frescos en supermercados alcanzaron el 13% en el país. El restante, son en quioscos, tiendas, almacenes de barrios y negocios donde no se puede garantizar por completo la cadena de frío o el transporte. Por eso, la necesidad de buscar un método optimizado era imperioso.
Si se toma los datos científicos, los alimentos van generando bacterias y con la disminución de solo 4 grados, esos agentes comienzan a trabajar. Por eso, la urgencia de cuidar cada etapa del traslado de manera minuciosa. En un estudio realizado en zonas mineras de Chile, encontraron que las bacterias son destruidas con iones de cobre. Como son los mismos organismos, la idea no tardó en tomar forma. Los paquetes que incorporan esta tecnología no solo eliminan las bacterias, sino que conservan el sabor, la textura y el color, entre otras características, que podían no resistir sin la tecnología aplicada en esta ocasión.