Beatriz Dager, Katyna Dager y Camilo Marrugo, los visionarios detrás de Kiki, han destapado los entresijos de la distribución de productos de clientes internacionales en Colombia, México y Perú. Esta startup colombiana ha mantenido un perfil bajo mientras ponía a prueba su modelo de negocio, reinvirtiendo sus ingresos en el proceso. Aunque aún no han revelado cifras oficiales, estiman que sus ventas ascendieron a aproximadamente siete millones de dólares el año pasado. Destacablemente, se trata de una empresa de logística con sede en Cartagena que no ha recurrido a inversionistas institucionales.
Startup de logística
Los fundadores compartieron en una reciente entrevista que, inicialmente, abandonaron sus empleos para establecer una firma de capital de riesgo, la cual logró inyectar fondos en diversas compañías. Sin embargo, esta iniciativa se detuvo cuando Kiki, concebida como un proyecto alterno, comenzó a generar un interés significativo.
La startup de logística Kiki se ha convertido en un orquestador de servicios logísticos, facilitando el transporte de carga de empresas de mensajería de sus clientes internacionales. Esta startup ofrece desde almacenamiento hasta servicios de recaudo para sus clientes.
Camilo, CEO de la empresa, completó sus estudios secundarios en Estados Unidos y fundó una compañía de hosting. Posteriormente, formó parte del ejército estadounidense, incluso desplegado en Afganistán, y finalmente ocupó el cargo de CTO en una compañía de videojuegos que fue adquirida por Tencent. Tras esto, se instaló en Colombia con el objetivo de compartir sus conocimientos adquiridos y convertirse en inversionista y asesor de empresas locales.
Las hermanas Katyna y Beatriz Dager, respectivamente Chief Commercial Officer y Chief Financial Officer, inicialmente desarrollaron sus carreras en el mundo corporativo, trabajando en empresas de renombre como Bancolombia y Alpina. Posteriormente, fundaron juntas una banca de inversión. Su encuentro con Camilo ocurrió mientras él lideraba una ronda de inversión para uno de sus clientes. A pesar de haber crecido inmersas en un negocio familiar en el sector logístico, decidieron junto a Camilo iniciar Kiki al ver que la junta directiva no enfocaba la tecnología como prioridad.
«Identificamos una oportunidad en empresas de mensajería con una infraestructura sólida, pero carentes de tecnología», explicó Katyna en una entrevista. «Estamos creando un ecosistema donde buscamos integrar a operadores de carga con generadores de carga. Ofrecemos a los operadores logísticos más carga y a nuestros clientes un servicio especializado, especialmente orientado al comercio electrónico».
Redefinir la última milla
Redefiniendo el concepto de «última milla», Marrugo señaló: «Ofrecemos servicios que van desde almacenamiento, selección y empaque, hasta la entrega en la última milla, y también servicios de call center para clientes internacionales que venden productos en Latinoamérica, permitiéndoles desentenderse del contacto con el cliente final por jurisdicción y del recaudo contra entrega en distintos métodos de pago».
Los clientes de Kiki incluyen empresas europeas, asiáticas, estadounidenses y canadienses que confían en la distribución y recaudo de sus productos a la startup. Además, empresas locales tanto en Colombia, México y Perú, están utilizando la plataforma para mover más de 100.000 paquetes mensualmente.
