El proyecto de la Nueva ruta de la seda se encuentra estancado por el desarrollo de la pandemia del Covid19 a nivel mundial. Se trata de uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos concebido por China. Su objetivo es promover el crecimiento económico a través del flujo global de bienes, capital y tecnología.
Sin embargo, el proyecto lanzado en 2013 por el presidente Xi Jinping está en una etapa de estancamiento. La causa, el inquietante panorama mundial por el avance del Covid19, junto con la recesión económica que esto significa. Una buena parte de los países que recibieron préstamos o subvenciones por parte de China para las obras de infraestructura de la ruta se encuentran en estado crítico para desarrollar el proyecto según los planes.
Restructuración de deudas
Ciertos informes señalan que países como Sri Lanka, Pakistán y otras naciones africanas están solicitando al gobierno de China reestructurar las deudas con fecha de vencimiento 2020. Hasta los momentos, no hay pronunciamientos de parte de la nación asiática. Analistas señalan que la reestructuración de las deudas podría provocar reacciones negativas en su propia economía, que también se encuentra bajo los efectos recesivos de la pandemia.
Por otra parte, analistas sugieren que es posible que China suspenda los cobros de los intereses de las deudas. Incluso, en algunos casos también es posible que permita la renegociación de la deuda. También destacan que condonar la deuda en su totalidad no es algo propio de la nación asiática, así que sería la última opción.
Nueva ruta de la seda
Para el gobierno de Xi Jinping, la Nueva Ruta de la Seda es un inmenso proyecto de desarrollo e inversión que se extiende desde Asia hacia Europa, África y América Latina. El principal objetivo de este proyecto es unir a China con Europa, Medio Oriente y África, al igual que la antigua ruta comercial marítima a la que debe su nombre. Algunos de los países involucrados recibieron préstamos de China para realizar obras de infraestructura.
En total, fueron 138 países de África, sureste y centro de Asia, Europa y América Latina los que han recibido préstamos o subvenciones para la construcción de plantas eléctricas, vías ferroviarias, puertos, aeropuertos, gasoductos y otras obras relacionadas con la Nueva ruta de la seda, según reseña un artículo de BBC en su página web.
Deudores de alto riesgo
Desde la puesta en marcha de la Nueva ruta de la seda, los préstamos otorgados por China ascienden a más de 460 mil millones de dólares. Igualmente, según informes, buena parte de los países que recibieron los financiamientos son considerados deudores de alto riesgo.
Aunque la Nueva ruta de la seda tiene sus detractores que piensan que se trata de un proyecto que pretende expandir la influencia de China en el mundo, también hay quien señala sus efectos positivos. Es el caso de Lauren Johnston, investigadora de la Universidad de Londres, quien asegura que los acuerdos de inversión son beneficiosos para ambas partes. A su juicio, los beneficios de acceder a financiamiento para infraestructura superan los costos potenciales de asociarse a la nación asiática.