El pasado 2 de diciembre de 2024, Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, dio a conocer la Estrategia Logística 2030, un plan ambicioso diseñado para fortalecer el sector logístico en la región. Entre sus principales ejes destaca el desarrollo integral del Corredor Atlántico Noroeste, una iniciativa que podría añadir más de 3.600 millones de euros al PIB regional y generar ahorros cercanos a 500 millones de euros en costos.
Este ambicioso plan busca consolidar a la región como un referente logístico en el noroeste de España, mejorando las infraestructuras y fomentando la intermodalidad. La propuesta no solo está dirigida a mejorar la conexión de Castilla y León con Europa, sino también a potenciar la actividad económica y crear nuevas oportunidades para las empresas locales.
Un sector con gran potencial de crecimiento
El sector logístico en Castilla y León representa actualmente el 3,6% del PIB autonómico, con más de 12.000 empresas involucradas en actividades relacionadas con el transporte, la distribución y la gestión de mercancías. A pesar de la relevancia del sector, todavía hay grandes retos que superar, especialmente en términos de infraestructura y cohesión territorial. El desarrollo completo del Corredor Atlántico sería un motor crucial para enfrentar estos desafíos.
El presidente Fernández Mañueco enfatizó que el Corredor Atlántico de Castilla y León no debe ser considerado un proyecto secundario en comparación con otros corredores del país, como los que conectan Asturias y Galicia. Por eso, pidió al Gobierno de España que, al igual que se ha hecho con otras comunidades autónomas, despliegue ya el Plan Director para el Corredor Atlántico de Castilla y León. Además, señaló con firmeza:
“Este corredor no es más ni menos que otros, pero tiene que ser igual de prioritario”.
A través de la Estrategia Logística 2030, la Junta pretende fomentar el crecimiento del sector logístico mediante una serie de inversiones estratégicas. De hecho, los primeros 290 millones de euros que se movilizarán hasta 2030 están destinados a mejorar las infraestructuras existentes, pero también a potenciar la digitalización, la formación y la sostenibilidad del sector. Un ejemplo de ello son los Enclaves CyLog, una red de espacios logísticos que busca crear puntos de conexión eficientes a lo largo de la región, y que se expandirá a medida que avance el proyecto.
Fomentando la cohesión territorial y nuevas oportunidades laborales
Uno de los grandes objetivos de la Estrategia Logística 2030 es lograr una mayor cohesión territorial en Castilla y León. Para ello, la Junta ha planteado el desarrollo de una serie de polígonos industriales en los que se fomenten tanto la inversión pública como privada. Estos enclaves logísticos no solo están pensados para mejorar la intermodalidad entre diferentes modos de transporte, sino también para crear nuevas oportunidades laborales, especialmente para el empleo femenino y el talento joven.
El presidente Fernández Mañueco destacó la importancia de atraer inversión y crear una infraestructura empresarial sólida en los nuevos parques industriales. En este sentido, los esfuerzos se concentrarán en dar prioridad a la digitalización y eficiencia de las nuevas instalaciones logísticas, algo que también contribuirá a posicionar a Castilla y León como un referente en el sector.
Para complementar esta estrategia, la Junta tiene previsto establecer acuerdos con puertos marítimos y plataformas logísticas fuera de la comunidad, con el objetivo de impulsar la internacionalización de la economía de Castilla y León. En palabras del presidente, la comunidad está lista para dar la bienvenida a las inversiones externas:
“Ponemos la alfombra roja a los que quieren invertir en Castilla y León”.
El Corredor Atlántico y sus implicaciones económicas
Se estima que el impacto económico del desarrollo del Corredor Atlántico Noroeste es significativo. De forma inicial, se habla que el crecimiento del PIB de Castilla y León no solo se destaca por el potencial de esta infraestructura, sino también su capacidad para transformar sectores clave como la distribución de mercancías y el transporte ferroviario.
Además, la creación de nuevos polos logísticos y la mejora de las infraestructuras permitirán a las empresas de Castilla y León acceder a mercados más amplios, mejorando su competitividad tanto a nivel nacional como internacional. Con una conectividad más eficiente con Europa, las empresas locales podrán reducir costes operativos, facilitando el intercambio de bienes y servicios. El ahorro de costes en logística que se espera con el Corredor Atlántico podría ser clave para fortalecer la competitividad de la región, especialmente en sectores como la industria manufacturera y la agroalimentaria.
Sin embargo, el éxito de este proyecto depende de una colaboración estrecha entre las autoridades regionales y el Gobierno de España. La falta de un Plan Director a nivel nacional para el Corredor Atlántico podría retrasar el avance de la infraestructura y afectar las expectativas económicas de Castilla y León. En este contexto, la presión ejercida por la Junta es crucial para asegurar que el proyecto avance a buen ritmo.
Un futuro prometedor pero incierto
La Estrategia Logística 2030 representa un paso crucial para el desarrollo económico de Castilla y León, aunque su éxito estará condicionado por diversos factores. La colaboración entre la Junta de Castilla y León y el Gobierno de España será clave, así como asegurar que los proyectos de infraestructura se implementen con eficiencia y sostenibilidad, maximizando las ventajas de la digitalización y la innovación.
El Corredor Atlántico es sin duda uno de los proyectos más ambiciosos de la región, con el potencial de transformar no solo el sector logístico, sino también la economía de Castilla y León en su conjunto. Si se cumplen las expectativas, la región podría convertirse en un nodo logístico clave en Europa, un punto de conexión crucial para el transporte de mercancías en el noroeste del continente.