El puerto de Bilbao impulsará todas sus inversiones previstas para este año con el fin de paliar el impacto negativo del covid-19. La menor actividad logística e industrial, que afectará a los tráficos y a la facturación, no hará que la autoridad portuaria renuncie a sus planes inversores. “Más allá de determinados ajustes en el tiempo vinculados a la crisis en materia de contratación”, se llevarán acabo en 2020 inversiones por un valor próximo a los 67 millones de euros.
Entre estas, la autoridad portuaria destaca el inicio de la urbanización de la primera fase del espigón central, que se hará en tres etapas. La primera, de 201.399 metros cuadrados, ha salido a licitación por 9,3 millones de euros. Otro proyecto que tiene como objetivo ganar suelo para proyectos estratégicos, en este caso industriales, es la ampliación del muelle AZ1, por un importe de 30 millones. El proyecto, en fase de redacción, generará 50.000 metros cuadrados de superficie y una nueva línea de muelle de más de 200 metros lineales.
Por otro lado, se llevarán a cabo otras obras, como el nuevo acceso rodado a la ZAD 2, por cerca de cinco millones de euros, que aliviará la congestión de tráfico en el control del Kalero, permitiendo un acceso directo y separado desde el vial interno del puerto. También está en fase de redacción el proyecto de acondicionamiento estructural de pavimento en el muelle A2, por un importe (a falta de completar el proyecto) de entre 15 y 20 millones de euros. Además, se licitarán a lo largo de 2020 otras obras de menor cuantía, como el muelle de Emergencias.
Estas inversiones se suman a las medidas de apoyo a las empresas ubicadas en el recinto y a los proveedores, “orientadas a trasladar liquidez al sector, reduciendo costes, retrasando cobros y adelantando pagos”. Tampoco se aplicarán penalizaciones a las concesionarias que incumplan la actividad mínima por culpa del estado de alarma.