El mundo del comercio marítimo está plagado de términos que suelen ser desconocidos para la mayoría de nosotros, uno de ellos es el bunkering. Consiste en la venta de suministros, generalmente combustible, a otra embarcación, sin tener que tocar puerto. Es una práctica que se realiza en alta mar y que está avalada por el derecho marítimo. Conviene resaltar que hay rutas marítimas de muchas singladuras, y en las que las jornadas de navegación van pasando sin necesidad de regalar en un puerto. Supone un ahorro importante de costes para la naviera, que tiene la oportunidad de adquirir esos suministros a un precio más bajo que si lo hiciera en puerto. Empresas logísticas como es.endress.com tienen un papel predominante a la hora de realizar este proceso, que no está exento de riesgos si no se ejecutan con garantías.
La práctica del bunkering cuenta con bastantes beneficios, ya que posibilita abastecerse sin tener que realizar ningún tipo de desvío, lo que en cuanto a costes supone un asunto bastante gravoso. Además, es posible aprovechar los momentos de bajada de precio y así sacar partido de las variaciones del coste del combustible para repostar en condiciones mucho más ventajosas. Hablamos de embarcaciones con un consumo muy elevado y con unos tanques que almacenan toneladas de fuel. Para dotar de mayor garantía al proceso, es necesario que la medición másica de bunkering cumpla con todos los requisitos recogidos en la legislación. Esto supone un factor extremadamente importante, porque no hacerse de manera adecuada estaríamos hablando de pérdidas cuantiosas para la naviera. Gracias a las mediciones debidamente auditadas es posible que el sistema de bunkering sea totalmente rentable.
Beneficios del bunkering
Es evidente que el ahorro económico es la principal ventaja de la práctica del bunkering. Que una embarcación de gran tonelaje deba desplazarse a puerto, pagar las tasas correspondientes y permanecer allí el tiempo preciso para la recarga se traduce en unos costes muy altos. El bunkering posibilita no desviar la ruta y ahorrar cualquier tipo de coste que implica entrar a puerto. Este ahorro supone quizás la ventaja principal de este sistema.
Realizar la recarga en alta mar implica también ventajas medioambientales, ya que al evitar desvío a un puerto, la embarcación está dejando de generar residuos contaminantes derivados de su propia navegación. El ahorro en combustible se traduce también un menor impacto de la huella ecológica, algo que las navieras se están tomando muy en serio y que tiene como objetivo la progresiva descarbonización de los mares.
El bunkering es un proceso que cuenta con las totales garantías, ya que se aplican las medidas pertinentes para que la transferencia sea exacta y minuciosa, evitando pagar de más.
Por otro lado, permite aprovechar las fluctuaciones del precio del combustible para poder realizar la recarga en el momento más oportuno. Se produce, por tanto, un ahorro por partida doble, el de evitar la entrada al puerto y la de aprovechar el momento adecuado.
La Organización Marítima Internacional (OMI) ha adoptado una serie de medidas destinadas a reducir el impacto medioambiental, al limitar el uso de combustibles pesados en el Ártico a partir del año 2024. Igualmente, los buques tendrán una clasificación energética, al igual que la que disponen los electrodomésticos, motivándose a utilizar aquellos que cuenten con mejores parámetros. Es evidente que el bunkering esté implicado en todo este proceso, ya que puede favorecer una mejor sostenibilidad. Hay otra manera de realizar transporte marítimo y el sistema de bunkering permite aprovechar al máximo todas las ventajas de las rutas marítimas más eficientes, dotándolas de mejores tasas de eficiencia. Una alternativa a lo tradicional que ya es una realidad implementada en el transporte marítimo.