Desde el domingo 7 de julio de 2024, Colombia ha dado un paso significativo hacia la sostenibilidad ambiental al implementar la prohibición de plásticos de un solo uso en todo el país. Esta medida, impulsada por la Resolución 0803 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, marca un hito en la lucha contra la contaminación plástica y busca promover prácticas más responsables con el medio ambiente.
Prohibición de plásticos de un solo uso: alternativas biodegradables y compostables
Cabe mencionar que una de las claves de esta prohibición es la promoción de alternativas sostenibles enfocadas en la biodegradabilidad y compostabilidad. Los productos plásticos afectados por la medida deben ser reemplazados por materiales que se descompongan naturalmente en condiciones ambientales, como el compostaje. Además, se requiere que estos nuevos materiales sean fabricados con 100% de materia prima reciclada de fuentes nacionales. Lo anterior fomentará la economía circular y la reducción del impacto ambiental.
Al respecto, la Ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, enfatizó la importancia de esta regulación como parte de un compromiso más amplio con la biodiversidad y la reducción de microplásticos. Muhamad subrayó que esta transición hacia un modelo económico más verde será presentada en la próxima Conferencia de las Partes (COP16) como un ejemplo de liderazgo en la gestión de residuos plásticos a nivel mundial.
Implementación y desafíos
Es importante mencionar que la implementación de esta prohibición afectará a todos los productores de envases y empaques. Pero también a los fabricantes e importadores de plásticos de un solo uso en Colombia. Las entidades públicas y privadas están obligadas a ajustarse a las nuevas normativas y a adoptar estrategias para la reducción del uso de plásticos, así como para fortalecer la participación de los recicladores de oficio en la cadena productiva del reciclaje.
Por otra parte, la medida ha generado opiniones encontradas entre los sectores afectados. Mientras los ambientalistas la aplauden como un avance crucial hacia la sostenibilidad, los gremios y pequeños productores de plásticos han expresado su preocupación y rechazo. Estos últimos están argumentando posibles impactos económicos negativos y dificultades en la adaptación a las nuevas normativas.
En ese orden de ideas, hay que mencionar que Colombia se posiciona así como un actor clave en la agenda global de la sostenibilidad ambiental. Dado que se compromete no solo a cumplir con los estándares nacionales sino también a contribuir activamente en la reducción de la contaminación plástica a nivel mundial.
Finalmente, es válido decir que la prohibición de plásticos de un solo uso en Colombia refleja un compromiso firme con la conservación del medio ambiente. Además, es un paso significativo en la promoción de prácticas responsables que aseguren un planeta más saludable para las generaciones futuras.
