El Tren Maya, constituido como uno de los proyectos bandera en infraestructura del gobierno de México, acumulaba para finales de noviembre un retraso de cinco meses. Autoridades revelaron que entre las causas de los atrasos en las obras cuenta la burocracia, aunque también destacan las fallas geológicas existentes en distintos lugares donde se emplazará la infraestructura.
Tren Maya: Burocracia y fallas geológicas
La inversión en el Tren Maya está estimada en unos 200 mil pesos mexicanos. Se trata de uno de los proyectos prioritarios del gobierno dirigido por López Obrador. De acuerdo a lo comentado por fuentes del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, la burocracia existente es causa del retraso.
Rogelio Jiménez Pons, director general de dicho fondo, comentó que los trámites de las diferentes instituciones son en gran parte culpables del atraso de la obra. Las declaraciones fueron ofrecidas por el funcionario durante una visita a las obras del Tren Maya para fines de noviembre pasado.
A su vez, el funcionario comentó que otro importante factor de retraso en las obras tiene que ver con los trabajos del subsuelo. Indicó que para las obras ha sido necesario nivelar tramos de entre tres y seis metros. Aseguró que las irregularidades en el terreno son causadas por el cambio climático.
Jiménez Pons reveló que las fallas geológicas han resultado un factor inesperado de retraso, asegurando que entre el terraplén y las viejas vías hay en ocasiones diferencias de hasta seis metros de nivel.
Proyecto prioritario
El Tren Maya es uno de los proyectos insignia del gobierno del presidente Manuel López Obrador. Su ejecución implica la construcción de cerca de mil 554 kilómetros de vías férreas. A su vez, la inversión está cercana a los 9 mil 300 millones de dólares, equivalentes a unos 200 mil millones de pesos mexicanos. Se trata de una infraestructura que atravesará cinco estados del sureste de México: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Por otra parte, para fines del pasado octubre, Jiménez Pons informó al Senado del país que los costos de la obra habían crecido hasta alcanzar la cifra indicada. Este aumento fue justificado en esa oportunidad por el crecimiento de tramos de doble vía, la electrificación y a un mayor número de estaciones que las previstas inicialmente.
Otro aspecto que ha resultado polémico en torno a la infraestructura es el referente al impacto ambiental que la misma producirá. De hecho, el Tren Maya pasa por quince áreas naturales protegidas, donde las autoridades competentes tienen puesta la mira.
En este ámbito, los responsables del Tren Maya esperan que los organismos responsables del ambiente liberen lo pendiente para principios de 2022 y pueda iniciarse la fase 2 de las obras. De esta manera se podrá avanzar en la instalación de vías y durmientes, etapa que se estima llevará un año.