Para la fabricación de bicicletas y patinetes eléctricos de reparto urbano se requieren microchips o semiconductores. Sin embargo, la crisis que afecta al sector de estos dispositivos no ha impactado a las empresas de ensamblaje de estos vehículos, comúnmente utilizados en la última milla. Pues afirman que están sorteando la situación con éxito.
Mientras tanto, paralelamente, han venido organizando su cadena de suministro con mucha más precisión desde hace dos años. Tiempo en el cual comenzó la demanda de dichos vehículos a partir del confinamiento.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Marcas y bicicletas de España (Ambe), Jesús Freire, comentó que luego del aumento en las ventas del papel higiénico en pleno confinamiento, las bicicletas pasaron a ser uno de los artículos de mayor demanda.
Es por lo anterior por lo que el esfuerzo de las empresas fabricantes de estos productos, se han asegurado de mantener su inventario en niveles óptimos y de planificar las reservas. Pero no en asegurar el abastecimiento de los microchips y semiconductores que son una obligatoriedad para la fabricación de las bicicletas y patinetes eléctricos.
Problemas diferentes para la fabricación de bicicletas y patinetes eléctricos
Entre los fabricantes no hay quejas en cuanto al suministro de piezas, las cuales en mayor medida provienen de Asia y Estados Unidos. Sin embargo, otros sí afirman que existen otras problemáticas latentes, por ejemplo, los plazos de entrega de los componentes electrónicos.
Fuentes de Mooevo, empresa especializada en la fabricación de equipos de asistencia para la movilidad eléctrica urbana, comentaron que:
“Aunque la electrónica que controla nuestros motores la hacemos en España. La mayoría de los componentes vienen de fabricantes asiáticos, y los plazos de entrega se han alargado muchísimo”.
Es por lo anterior por lo que una de las soluciones que han encontrado es la de planificar con suficiente tiempo. O incluso, la de comprar componentes alternativos, esta última opción aumenta dos o tres veces el coste de cada componente. Según, afirman, entre el 20% y el 50%.
Los operadores de última milla no se han visto afectados
Finalmente, los operadores de la última milla y el comercio electrónico que emplean estos elementos para realizar los repartos urbanos afirman que no están notando ninguna repercusión por las crisis de los microchips ni en sus actividades diarias, ni tampoco a la hora de comprar nuevas flotas.
El único problema evidente que preocupa a los actores involucrados es el atasco en la cadena de suministro que ha provocado demoras, pero que no han llegado a afectar la operativa. Situación muy diferente a la que padece, por ejemplo, la fabricación de furgonetas, aquí la falta de semiconductores sí ha hecho que los fabricantes tengan que buscar alternativas.