El Día Mundial del Transporte Sostenible llegó para recordarnos algo que, a menudo, pasamos por alto: esos héroes invisibles que dan vida al transporte, asegurando que las ruedas de la economía nunca se detengan. España se suma a la celebración destacando la inquebrantable labor de quienes hacen posible todo esto, desde los conductores de autobuses hasta los pilotos de avión. ¿Quiénes son y qué papel juegan en este gran engranaje? Vamos a sumergirnos en este mundo de motores y rutas que vertebran el país y, por qué no decirlo, el planeta entero.

El equilibrio del transporte sostenible
Durante una reciente conferencia, las principales asociaciones del sector se unieron para aplaudir y reconocer a sus profesionales. Entre ellas estaban la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP) y la Asociación Española de Transporte (AET), entre muchas otras. Juan Manuel Martínez, presidente de la AET, lo describió de forma brillante: “El transporte debe ser sostenible en tres aspectos claves: ambiental, social y económico”. Es un bucle infinito donde cada uno de esos pilares sostiene al otro, y si uno falla, el sistema podría caer.
La aviación: más que solo aviones que vuelan
Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), destacó cómo la aviación no solo transporta personas, sino que mueve economías enteras. Un sector aéreo robusto y sostenible es esencial para España, un país donde cuatro de cada cinco turistas llegan por avión. La aviación no solo impacta el turismo, sino que mejora la cohesión territorial y las oportunidades económicas. Cada mil pasajeros aéreos generar un empleo directo, una cifra que ilustra perfectamente la conectividad como motor económico.
Transporte marítimo: el titán silencioso
Elena Seco, de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), nos recuerda que el transporte marítimo es tan esencial como silencioso. Cada día, miles de marinos facilitan el comercio internacional, y aunque están lejos de las miradas del público, su trabajo es vital. Además, este modo de transporte se perfila como el más eficiente energéticamente. Al combinarlo inteligentemente con otras formas, como el ferrocarril o la carretera, podemos dar forma a un sistema de movilidad sostenible.
La carretera y el tren: la red interconectada
Marcos Basante de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC) habló sobre los desafíos en mejorar las condiciones laborales y avanzar hacia un equilibrio en la transición energética. Mientras tanto, Juan Diego Pedrero de la AEFP resaltó la necesidad de un sistema ferroviario interoperable en Europa. Un sector ferroviario eficiente no solo es ecológico sino que desbloquea nuevas posibilidades para la movilidad sostenible en el continente.
Hacia una movilidad verdaderamente sostenible
Al final del día, el objetivo es lograr una movilidad que sea sostenible, equilibrada y que beneficie a todos. Andrés Arribas de FAPROVE cree firmemente en la sensibilización ciudadana y en una implicación colectiva para acelerar la descarbonización del transporte. La infraestructura ya existe en buena parte; el objetivo ahora es maximizar su uso y fomentar la intermodalidad como clave para optimizar el sector.
Intermodalidad: la clave del futuro
Antonio Pérez-Millán de la Unión de Operadores de Transporte Comodal (UOTC) coloca a la intermodalidad en el corazón mismo de una logística más eficiente. Al unir fuerzas entre varios modos de transporte, no solo reducimos emisiones sino que mejoramos la competitividad al optimizar costos y tiempos. Todo esto, por supuesto, vuelve a girar en torno al compromiso de los trabajadores, los verdaderos impulsores de esta transición hacia un transporte más verde y eficiente.
En resumen, este día no solo se trata de celebrar el transporte seguro, eficiente y sostenible. También es una oportunidad para detenernos a valorar y agradecer la invaluable labor de los profesionales de este sector. Sin duda, estos trabajadores son el motor invisible que no solo propulsa vehículos, sino que impulsa economías y conecta sociedades.
