Según un informe de la Asociación Española de Café (AECafé), el café en cápsulas es una tendencia en aumento en el mercado europeo. Representa el 23% del consumo de café en los hogares, por su parte en Francia y Portugal el volumen de café consumido de esta forma se ubicó en el 34% y 30% del volumen total, respectivamente. Ante este panorama y el problema que generan esta cantidad de residuos, se han desarrollado cápsulas de café compostables.
La empresa Coffee Productions ha asumido el reto que significa combinar características de calidad y seguridad para sus cápsulas. Y es por esto por lo que AINIA colaboró con la empresa valenciana para desarrollar una cápsula de café de alta barrera de oxígeno, compostable y biodegradable en el mar. En este sentido, afirman que esta es una solución tecnológica con la cual pretenden desarrollar envases más respetuosos con el medioambiente.
Cápsulas de café compostables que conserva las características del producto
Para llevar a cabo los nuevos envases se realizaron estudios previos, en estos la cápsula alcanzó una biodegradación en el mar equivalente al 30% en nueve meses. Por otra parte, bajo condiciones de compostaje industrial el tiempo se reduce a poco más de un mes.
El técnico de la línea de envase AINIA, Luis Gil, explicó que este desarrollo –que por ahora es un prototipo– es una cápsula industrializable que cumple con la función barrera de conservar la vida útil del café. Pero, además, cumple con todos los requisitos para ser compostable y se biodegrade en el mar.
El envase está compuesto por polihidroxialcanoato (PHA), el cual es un biopolímero producido por bacterias resultantes de la fermentación del azúcar o lípidos. Al respecto, se sabe que la aplicación más popular de estos biopolímeros es la fabricación de botellas desechables, bolsas y otros productos de un solo uso, como, por ejemplo, pañales vasos, cubiertos y servilletas.
Biodegradables en el mar
Con el fin de poder analizar la biodegradación de las cápsulas, AINIA contó con la colaboración del Grupo de Polímeros y Materiales Avanzados de la Universitat Jaume I de Castellón (UJI). Se encargaron de analizar su descomposición en el mar –de forma simulada y real– y el resultado fue en nueve meses de inmersión marina, las cápsulas alcanzan a perder alrededor del 30% de su peso. En este sentido, los investigadores afirman que desaparecen completamente en tres años.
Al respecto, Gil comentó que:
“La sostenibilidad es un elemento que cada vez tiene mayor peso para el consumidor a la hora de elegir un producto u otro”.
Y añadió que es por lo anterior por lo que están trabajando en diversas opciones como biopolímeros a partir de subproductos de la industria. Por ejemplo, restos de zumos, remolacha, restos de poda, cáscaras de frutos secos, entre otros.