El nearshoring, una estrategia que implica la reubicación de actividades productivas más cerca del mercado final, está revolucionando la logística en América Latina, especialmente en México. Este fenómeno ha ganado relevancia debido a los recientes desafíos geopolíticos, como la guerra en Ucrania, y las nuevas regulaciones globales que buscan minimizar la huella de carbono. En este contexto, América Latina ha emergido como una zona atractiva para el nearshoring, capturando la atención de las empresas que buscan optimizar sus cadenas de suministro.
Oportunidades y beneficios para América Latina
América Latina, con su fuerza laboral calificada, ventajas de costos y proximidad a Estados Unidos, se ha convertido en un destino clave para el nearshoring. Según un informe de la Americas Market Intelligence, la región está bien posicionada para captar eslabones cruciales en las cadenas de valor globales, especialmente en sectores como el automotriz, textil, farmacéutico y de energías renovables. De hecho, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que el nearshoring podría inyectar hasta 78 mil millones de dólares anuales en la región a través de exportaciones adicionales de bienes y servicios.
El caso de México es particularmente relevante. Su ubicación geográfica estratégica, combinada con las ventajas del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), lo coloca en una posición privilegiada para aprovechar el nearshoring. La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que promueve el establecimiento de cadenas de suministro de energías renovables y vehículos eléctricos en América del Norte, también está impulsando la demanda de capacidad de envío entre México y Estados Unidos.
El impacto del nearshoring en el sector inmobiliario en México
El nearshoring no solo está impactando las cadenas de suministro, sino también el mercado inmobiliario en México. La empresa de bienes raíces Prologis reporta un notable incremento en la absorción neta de espacios en los principales mercados del país, como Ciudad de México, Monterrey, y Tijuana. Entre 2019 y 2022, la demanda de estos espacios se duplicó, lo que ha llevado a una drástica reducción de las tasas de desocupación, que cayeron a un 1.1% en el primer trimestre de 2023. Además, se espera que esta tendencia continúe, con tasas de desocupación que oscilarán entre el 1% y el 1.5% durante 2024.
Este aumento en la demanda ha tenido un efecto directo en los precios de los alquileres, que crecieron un 16% en el último año. El hecho de que el 60% de los sitios en construcción ya estén prearrendados refleja la solidez de esta tendencia y el creciente interés por aprovechar las ventajas que ofrece el nearshoring en México.
En conclusión, el nearshoring está posicionando a México como un actor clave en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales, impulsando tanto el sector logístico como el inmobiliario. Este fenómeno, si se gestiona adecuadamente, tiene el potencial de generar significativos beneficios económicos para el país y la región en su conjunto.